En la industria odontológica se utilizan variedad de impresoras 3D y materiales en el proceso de fabricación por adicción. Este proceso puede ser tanto físico como químico dependiendo del uso que se le quieras dar a la pieza creada. A continuación vamos a detallar las principales impresoras 3D que se utilizan en el sector de la odontología.
En esta impresora 3D, el filamento es succionado y fundido por el extrusor de la impresora 3D, que finalmente deposita el filamento de forma precisa capa por capa sobre la cama de impresión. Es un procedimiento químico y se utilizan materiales como el ABS y el PLA.
Al FDM se le reprocha su falta de rapidez, precisión y biocompatibilidad. Debido a esto solo se usa para fabricar modelos maestros de distintos tipos de férulas.
En este tipo de impresora 3D, hay un tanque que va formando las capas de la pieza con la resina y después, un rayo láser ultravioleta (UV) impacta contra la resina, la solidifica, y así va endureciendo las capas para ir formando la pieza.
Al tratarse de un rayo láser ultravioleta (UV), el nivel de precisión es máximo, y a diferencia de las impresoras FDM, estas no dejarán rastro alguno de capa.
Las impresoras 3D DLP son las hermanas gemelas de la impresoras 3D SLA, los dos tipos usan materiales fotopolímeros líquidos (resinas) que se solidifican al aplicarle un haz de luz, la única diferencia es que en las impresoras 3D DLP es generado a través de una red de micro espejos en vez del complejo sistema de láseres del SLA.
Tanto las impresoras de este tipo, como las SLA para odontología, utilizan como materia prima la resina para impresión 3D.
Este tipo de impresoras 3D podríamos decir que funcionan de una manera similar a la SLA puesto que es un láser que pasa por toda la pieza para sinterizar un lecho de polvo. Cabe destacar que este tipo de impresoras necesita una producción constante para amortizar la considerable inversión. Como materia prima usa metal.
Además, las piezas de metal necesitarán a veces un tratamiento posterior más importante, reduciendo así la productividad.
Este tipo de impresoras se usan para fabricar piezas de metal. Son muy parecidas a las impresoras 3D SLS, de hecho el proceso es el mismo, un láser irradia la superficie de la pieza, pero con la diferencia de que en el proceso de impresión si se “funde” el material por completo.
Además, al igual que las SLS, este tipo de impresora 3D necesita una producción constante para amortizar la considerable inversión.
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